PERUANOS EN EL MUNDO / LOS ANGELES: por el paseo de las estrella

Por: Roberto Pazos / 

Cada día miles de personas llegan a la ciudad de Los Ángeles para probar suerte y fortuna, no todos llagan a alcanzar el éxito. Fátima Poggi es una joven cantante quien sueña en que algún día su nombre estará grabado en el paseo de las estrellas de Hollywood. Más al norte en la ciudad de Whittier el Doctor Kuon nos cuenta su filantrópica experiencia en la Asociación de Médicos Peruano-Norteamericanos.

 

Es mediodía en el valle, al noroeste de la ciudad de Los Ángeles, el calor es intenso y el trafico peor. En un complejo de apartamentos Fátima Poggi nos abre la puerta de su hogar. Fátima representa la nueva generación de peruanos en el extranjero: bilingüe, culturalmente asimilada y arraigada a sus raíces peruanas. “Este es mi dormitorio acá también ensayo mis canciones…el órgano, las partituras y mi guitarra” dice la joven cantante mientras se apresta a tocar uno de sus temas.

 

Fátima está en la flor de la juventud, mientras entona una canción su largo cabello azabache se mezcla con las cuerdas de la guitarra. Además de su hermosa voz, Fátima destaca en los Estados Unidos, debido a sus rasgos únicos: tez mestiza, ojos rasgados y una amplia sonrisa que conquista corazones.

 

La historia de Fátima es casi como sacada de un cuento de hadas, ella resume de esta manera su recorrido artístico desde Nueva Jersey hasta Los Ángeles , la capital mundial del entretenimiento: “Cuando tenía 16 años empecé a trabajar en un restaurante Mc Donald’s para juntar dinero y comprarme un carro, pero también pedía muchos permisos a mi jefe para ir a eventos en donde tenía que cantar…un día mi jefe me animo a que participe en un concurso llamado La voz de Mc Donald’s y después de varias audiciones fui escogida entre las doce finalistas para viajar a Orlando” dice Fátima con voz temblorosa.

 

Curiosamente el tema que Fátima canto en Orlando fue La Gran Oportunidad y como dice el titulo esta experiencia le abrió las puertas a su carrera en el mundo de la música: “Luego de la final fui para Chicago e hice varios comerciales para Mc Donald’s…También cante en el medio tiempo de un importante torneo de básquet y lo hice ante más de 22 mil personas, fue una experiencia maravillosa” dice Fátima quien vuelve a dibujar una sonrisa en su rostro.

 

Para llegar a la fama en el competitivo mercado norteamericano uno tiene que cultivar una gran disciplina y voluntad de hierro, Fátima sabe de ello y por eso estudia en AMDA (Conservatorio de artes escénicas) en Los Ángeles. “Practico teatro, canto y danza; mi escuela se encuentra en el corazón de Hollywood, al frente del edifico de ‘Capítol records’ la mas importante casa disquera y en donde algún día pienso grabar un disco…Este sería uno de mis mas grandes sueños hechos realidad” dice Fátima.

 

En Los Ángeles: la meca del cine, la televisión y música es difícil llegar a la cima del éxito. “A pesar de que me mude a los Estados Unidos nunca se me olvida de donde soy y siempre estoy orgullosa de ser peruana…Hace unos años llegue a Los Ángeles con una maleta llena de ilusiones y espero que algún día tenga escrito mi nombre en este paseo de las estrellas. Quiero que cuando los compatriotas vengan acá también puedan buscar mi estrella” dice la joven cantante quien sigue en busca de completar su Gran oportunidad.

 

Luego de Hollywood nos dirigimos a Whittier, al sureste de Los Ángeles, atrás queda la ciudad de los sueños e ilusiones. En Whittier encontramos al doctor Ralph Kuon, medico tacneño quien con orgullo nos cuenta sus experiencias en la Asociación medica  peruano-americana (PAMS)  de la cual es miembro desde 1976.

 

El Doctor Kuon es un medico retirado pero esto no quiere decir que haya dejado de ejercer sus oficios de galeno. En su casa en los altos de Whittier nos recibe “chino de la risa” y nos cuenta sus innumerables viajes de voluntariado en Perú: “Trabaje diez años en la misión de Ayacucho, empezamos a trabajar en la época del cólera y en el auge de la época del terrorismo decidimos hacer nuestra reunión anual en Perú y así ayudar al turismo nacional” dice Kuon.

 

Muchos doctores dejan el Perú para buscar nuevas oportunidades en el extranjero, lo que busca organizaciones como PAMS es devolver algo de lo aprendido afuera al país natal. “Después del terremoto del 2006, construimos un hospital en Ica valuado en más de un millón de dólares y ahora atiende gratuitamente a la gente pobre” dice el galeno tacneño.

 

El doctor Kuon, como muchos inmigrantes en el extranjero, ha aprendido a querer más al Perú en la distancia. “Lo que me rompió el corazón fue enterarme que en un hospital de Ayacucho había una niña con una apendicitis y que murió porque su madre no tenia para comprar los instrumentos para la cirugía: 30 soles que hubieran podido salvar una vida”, dice el doctor con lagrimas en los ojos.

 

Según el doctor Kuon la salud en el Perú sigue siendo la de un paciente en sala de emergencia: “Estados Unidos invierte el 18 % del presupuesto nacional en salud; en el Perú se invierte menos del 5% y la mitad lo hace la empresa privada…entonces ahora que salimos de la miseria me pregunto por qué no se invierte más en hospitales para atender a la gente” dice el Dr. Kuon.

 

Bajamos hasta el sótano donde se encuentra el consultorio del Dr. Kuon y nos enseña el anuario de la organización, videos con sus visitas a hospitales de provincia y en una repisa su más preciado recuerdo de las misiones medicas en el Perú: “Quiero ensenarles este retablo que me regalaron en Ayacucho, esta artesanía tiene un gran significado para mí, la hizo un artista que tenía una enfermedad por mucho tiempo, luego de curarlo el no tenia como pagar y me confecciono este retablo para que me lo lleve a Estados Unidos…estas son las experiencias que no se pueden olvidar” culmina el filántropo mientras observa su figura en el colorido retablo.

 

Cae la tarde y en el ultimo bus llegaran nuevos aspirantes a artistas a la ciudad de Los Ángeles. Mas allá, en el aeropuerto otros regresan a sus países para ayudar a los que se quedaron allá…unos van y otros vienen: como las olas del mar que golpean sin cesar.

 

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