ORLANDO: del mundo mágico al mundo real…
Por: Roberto Pazos /
La ciudad de Orlando es conocida por sus parques de diversiones como Disneyworld, los estudios Universal y Seaworld. Pero detrás de la superficie de esta ciudad se esconden historias de inmigrantes que vienen a hacer realidad el “Sueño Americano”. Alan Rivera es un periodista peruano que radica en Orlando con sus tres hijos: narrador de noticias, padre de familia y escritor a medio tiempo, esta es su historia.
Alan vino a los Estados Unidos debido a la crisis conyugal que tenía con su esposa Teresa. El quería empezar una nueva vida pero como reza la Biblia los destinos del señor son impredecibles y lo que parecía ser la ruptura de su matrimonio termino convirtiéndose en una nueva oportunidad para la pareja.
Después de casi una década de vida familiar en Iowa, el señor le puso otra prueba: su esposa falleció luego de una larga batalla contra el cáncer. “Dios obra en mi vida, luego del deceso de mi esposa, recibí una oferta de trabajo en Orlando que además representó un ascenso en mi carrera periodística” dice Alan.
El periodista tomó la oportunidad, se mudó al sur y ahora trabaja como presentador de noticias en un magazine matutino. La jornada de Alan empieza a la una de la mañana cuando se prepara para ir a los estudios para producir el show, luego de la grabación regresa a casa para descansar unas horas. después recoge a los niños de la escuela, cocina, limpia la casa y lleva a su hijo sus clases de lucha libre.
En el programa que conduce todas las mañanas , Alan tiene un segmento llamado “Inmigración al día”; una especie de pulpito en donde el periodista contesta preguntas de la audiencia sobre tema migratorio, habla acerca de las ultimas noticias del debate en el congreso de los Estados Unidos y brinda consejos sobre como regularizar la situación legal en el país.
Para Alan hay menos presión de ejercer el periodismo en los Estados Unidos que en el Perú. “Acá las empresas no se rigen por las líneas políticas, hay mas tranquilidad para trabajar sin temor que los editores te censuren por meterse con algún político o empresario” dice el periodista quien también recorrió muchos canales de televisión en Lima en busca de mejores oportunidades.
Además de sus responsabilidades profesionales y familiares, Alan se da tiempo para su mayor proyecto: escribir un libro. “Estoy dando los últimos toques al prólogo de ‘Ilegales, la gran mentira’ , un libro que habla acerca del drama de los 12 millones de ilegales en los Estados Unidos”, dice el periodista peruano.
Alan experimentó los obstáculos que tienen que sortear los inmigrantes para obtener un estatus legal en este país. Su proceso para obtener la carta de residencia se estaba siendo eterno. Debido a su frustración Alan escribió una carta al Presidente Obama y este le respondió. “En la carta le conté a Obama mi problema, en su repuesta se solidarizó con mi pedido, meses más tarde obtuve la residencia” , dice Alan mostrando una copia de la carta firmada por el Presidente de los Estados Unidos.
Ya como residente legal, Alan esta pensando en montar una empresa de importación de productos peruanos con el fin de sacar adelante a su familia y culminar con su libro. A pesar de todo, el periodista nunca se olvida de las batallas que tuvo que sortear. “Venir a los Estados Unidos es una decisión difícil, se sufre un desarraigo cultural muy grande…para muchos el sueño americano termina por convertirse en una pesadilla” dice Alan.
En su libro, Alan presenta estadísticas, analiza casos y ofrece soluciones al problema migratorio en los Estados Unidos. “La inmigración es de carácter económico, si hay trabajo entonces la gente viene…cuando las leyes no se ajustan a la realidad del flujo migratorio es cuando viene el quiebre y esto propicia el aumento de lo que llaman los ilegales” dice el escritor.
Como todo periodista Alan tiene una profunda pasión por la literatura, su libro favorito ‘Conversaciones en la Catedral’ del premio nobel Mario Vargas Llosa figura en su biblioteca, junto con la biblia a la que recurre frecuentemente para sacar fuerzas en su batalla diaria.
La vida de Alan ha sido marcada por la partida de sus seres queridos, además de su pareja de vida, el también perdió a un hermano y a su padre. Debido a los golpes de la vida, Alan volvió a Dios para encontrar respuestas a las difíciles interrogantes de la vida y la muerte. “He encontrado la paz con el señor, creo que es una obligación vivir una vida feliz, hay que disfrutar lo que tienes ahora” dice Alan.
Es domingo y después del servicio religioso la familia viene al parque a disfrutar del día de descanso. Orlando esta rodeada de muchos lagos, en el centro de la ciudad se encuentra el lago “Eola”, lugar favorito de la familia Rivera. La menor da de comer a los cisnes que nadan con mucha naturalidad, como si se tratara de un cuento de Disney.
Parafraseando a un dicho hindú ‘planta un árbol, ten hijos y escribe un libro’ , Alan dice: “La cosa es que el árbol de frutos, el libro lo lean y los hijos sean buenos para la sociedad…por lo menos en lo último voy bien”, comenta con serenidad.
En el marco de este domingo familiar, Alan nos da su mensaje final: “La vida de un peruano en cualquier parte del mundo es una experiencia no solo para el que la vive sino también para sus familiares que dejo atrás…los peruanos somos luchadores, nos planteamos objetivos que muchas veces los logramos, creo que la peruanidad se lleva en el corazón, en el Perú tenemos un buen presente y un futuro mejor” culmina Alan.
Orlando es un lugar para vacacionar, asistir a convenciones e ir de compras. Paralelo al mundo comercial e imaginario, hay un mundo de personas de carne y hueso que batallan para lograr un espacio en la competitiva modernidad. Afuera del mundo mágico de Mickey Minie, están los inmigrantes que construyen una ciudad real, a base de sangre , sudor y lagrimas: la verdadera cara del utópico “Sueño Americano”.
Si quiere saber más de peruanos en el mundo visite: https://www.facebook.com/peruanosenmundo
No hay comentarios