SAO PAULO: sueños de un inmigrante…
Por: Roberto Pazos /
La tercera parte de la riqueza de Brasil se concentra en un solo estado: Sao Paulo, su capital que lleva el mismo nombre es la ciudad mas grande de Sudamérica y atrae a miles de inmigrantes de todas partes del mundo. El inmigrante que sale de su país solo tiene una opción: “Triunfar”, este es el caso de Edgar Villar quien empezó como ambulante en el centro de esta urbe y ahora es dueño de una exitosa empresa culinaria.
Cada madrugada en la avenida 25 de Marzo en el centro de Sao Paulo decenas de inmigrantes peruanos, bolivianos y paraguayos inundan las calles con sus mercancías: gorros, ponchos y juguetes que venden al por mayor. El peruano Edgar Villar fue uno de estos comerciantes ambulantes para quienes la noche representa su jornada laboral: “Regresar aquí me trae mucha nostalgia, en esta esquina vendía artesanías, luego trabaje con una señora que vendía desayunos…en las tardes le lavaba los platos para tener un plato de comida, fue muy duro al inicio”, dice Edgar.
Villar estudiaba educación en Perú cuando decidió dejar la carrera y venir a Brasil, unos amigos le dijeron que Sao Paulo era el mejor destino para ganar dinero. Una vez aquí, Edgar ya no tenía dinero para regresar a Lima y la necesidad le hizo abrirse camino en esta capital financiera. Fue en la 25 de Marzo donde aprendió a hablar portugués: “Me costó mucho trabajo, pero tenía que vender y hacerme entender…ahora pienso que el portugués es como el español mal hablado”, cuenta el empresario.
Luego de ahorrar un capital, Edgar abrió un restaurante a pocas cuadras de la feria ambulante. El nunca dejó el centro de la ciudad, comensales de todas partes de Sao Paulo llegan al “Rinconcito Peruano” un restaurante que no tiene letreros, esta en un segundo piso y se encuentra en una zona que muchos consideran peligrosa. “Acá se junta todo el mundo, hoy vinieron unos funcionarios de la ciudad , vendedores ambulantes, muchos brasileros y por su puesto compatriotas peruanos” dice el desafiante empresario a quien nada lo amedrenta.
La rutina de Edgar empieza a las dos de la mañana cuando se dirige al terminal pesquero de la ciudad. Acá la variedad de productos del mar es admirable: cangrejos gigantes de España, salmones de mas de 20 kilos y hasta anguilas. “Aunque tengo muchos empleados prefiero venir yo mismo para comprar el mejor pescado, además yo también regateo, como dicen en Perú: hay que llorar para pagar” dice Edgar mientras convence a uno de los vendedores a que le haga un precio especial.
Sao Paulo a las cuatro de la mañana parece un pueblo fantasma, nadie podría adivinar que durante el día esta ciudad de 16 millones de habitantes esta plagada de transeúntes, un denso tráfico y ruidos incesantes. Mientras la ciudad duerme Edgar sigue trabajando, ahora él se dirige a la 25 de Marzo para supervisar los puestos que aún tiene en el lugar. Edgar saluda a un ambulante cuzqueño que vende chullos, otro ayacuchano que ofrece sombreros y su paisana que bebe una avena para calentarse de la fría madrugada Paulista. Edgar escoge tres gorros y le ofrece un trueque: “Te llevo estos tres por un ceviche” la vendedora acepta de inmediato.
A la salida del sol, Edgar se dirige al restaurant a ordenar la mercadería y preparar todo para los menús del día. Cuando los primeros trabajadores llegan Edgar se toma un par de horas de descanso, luego regresa al mediodía y no para hasta casi la medianoche. El restaurant esta a toda capacidad y los mozos, de casi todas las partes del Perú, van y vienen con las ordenes. “Me gusta ayudar a los paisanos, muchos vienen porque les dicen que acá las cosas están bien pero se enfrentan a otra realidad, uno de los primeros trabajos del inmigrante es en restaurantes y yo trato de darles una oportunidad”, dice Edgar.
“El Rinconcito Peruano” es un negocio familiar, el hermano de Edgar esta a cargo de la caja registradora y la madre de sus dos hijos también lo ayuda cuando el sale de compras. “Los peruanos que llegan a Brasil ahora tienen facilidades de gestionar su visa de trabajo por el Mercosur, pero antes era difícil, a mi me costo una década esperar la amnistía…acá las autoridades no te fastidian si no tienes papales pero es mas difícil salir adelante” dice Edgar.
En la pared del restaurante hay unos cuadros con premios obtenidos: “El mejor ceviche de Sao Paulo 2013”, el ganador del “Expo Ceviche” y otros artículos de diarios locales y nacionales reconociendo la culinaria peruana del local. “Acá ha venido hasta la cadena Globo para entrevistarme en televisión…Este año estoy con la meta de hacer franquicias y seguir adelante con el trabajo…ya que el Perú no es conocido por el futbol, al menos que lo sea por su gastronomía” dice el chef y propietario del local.
http://globotv.globo.com/t/programa/v/delicia-peruana-chef-edgar-villar-apresenta-pratos-tipicos/3599070/
El único día que cierra mas temprano es el lunes. “He venido hacienda esto los pasados 15 años…la gente no adivina mi edad, ya estoy por llegar a los 40” dice Edgar quien usa unos espejuelos redondos, una chompa gris y unos jeans. Al lado de la Catedral de Ze , la iglesia mayor de Sao Paulo, Edgar medita en voz alta: “Hay que tener amor al prójimo, creer en Dios y ayudar al que necesita”.
El sector financiero ya ha cerrado, los rascacielos se iluminan y un mar humano circula en las estaciones del metro. Sao Paulo tiene la energía de la metrópolis mas grandes del mundo, el inmigrante recién llegado ve mucha gente pero nadie se percata de su existencia. “Yo le digo a todos mis compatriotas que quieren venir a Sao Paulo que la vida es dura…hay que luchar y no rendirse, si eres un guerrero y quieres salir adelante lo haces” dice Edgar.
Son las seis de la tarde y la gente llena la plaza de la catedral. Después de la entrevista Edgar va descansar unas tres o cuatro horas para volver a su rutina: “Esta es la vida del inmigrante trabajar como independiente o para otros , pero siempre trabajar” culmina Edgar.
Si quiere saber más de peruanos en el mundo visite: https://www.facebook.com/peruanosenmundo
La tercera parte de la riqueza de Brasil se concentra en un solo estado: Sao Paulo, su capital que lleva el mismo nombre es la ciudad mas grande de Sudamérica y atrae a miles de inmigrantes de todas partes del mundo. El inmigrante que sale de su país solo tiene una opción: “Triunfar”, este es el caso de Edgar Villar quien empezó como ambulante en el centro de esta urbe y ahora es dueño de una exitosa empresa culinaria.
Cada madrugada en la avenida 25 de Marzo en el centro de Sao Paulo decenas de inmigrantes peruanos, bolivianos y paraguayos inundan las calles con sus mercancías: gorros, ponchos y juguetes que venden al por mayor. El peruano Edgar Villar fue uno de estos comerciantes ambulantes para quienes la noche representa su jornada laboral: “Regresar aquí me trae mucha nostalgia, en esta esquina vendía artesanías, luego trabaje con una señora que vendía desayunos…en las tardes le lavaba los platos para tener un plato de comida, fue muy duro al inicio”, dice Edgar.
Villar estudiaba educación en Perú cuando decidió dejar la carrera y venir a Brasil, unos amigos le dijeron que Sao Paulo era el mejor destino para ganar dinero. Una vez aquí, Edgar ya no tenía dinero para regresar a Lima y la necesidad le hizo abrirse camino en esta capital financiera. Fue en la 25 de Marzo donde aprendió a hablar portugués: “Me costó mucho trabajo, pero tenía que vender y hacerme entender…ahora pienso que el portugués es como el español mal hablado”, cuenta el empresario.
Luego de ahorrar un capital, Edgar abrió un restaurante a pocas cuadras de la feria ambulante. El nunca dejó el centro de la ciudad, comensales de todas partes de Sao Paulo llegan al “Rinconcito Peruano” un restaurante que no tiene letreros, esta en un segundo piso y se encuentra en una zona que muchos consideran peligrosa. “Acá se junta todo el mundo, hoy vinieron unos funcionarios de la ciudad , vendedores ambulantes, muchos brasileros y por su puesto compatriotas peruanos” dice el desafiante empresario a quien nada lo amedrenta.
La rutina de Edgar empieza a las dos de la mañana cuando se dirige al terminal pesquero de la ciudad. Acá la variedad de productos del mar es admirable: cangrejos gigantes de España, salmones de mas de 20 kilos y hasta anguilas. “Aunque tengo muchos empleados prefiero venir yo mismo para comprar el mejor pescado, además yo también regateo, como dicen en Perú: hay que llorar para pagar” dice Edgar mientras convence a uno de los vendedores a que le haga un precio especial.
Sao Paulo a las cuatro de la mañana parece un pueblo fantasma, nadie podría adivinar que durante el día esta ciudad de 16 millones de habitantes esta plagada de transeúntes, un denso tráfico y ruidos incesantes. Mientras la ciudad duerme Edgar sigue trabajando, ahora él se dirige a la 25 de Marzo para supervisar los puestos que aún tiene en el lugar. Edgar saluda a un ambulante cuzqueño que vende chullos, otro ayacuchano que ofrece sombreros y su paisana que bebe una avena para calentarse de la fría madrugada Paulista. Edgar escoge tres gorros y le ofrece un trueque: “Te llevo estos tres por un ceviche” la vendedora acepta de inmediato.
A la salida del sol, Edgar se dirige al restaurant a ordenar la mercadería y preparar todo para los menús del día. Cuando los primeros trabajadores llegan Edgar se toma un par de horas de descanso, luego regresa al mediodía y no para hasta casi la medianoche. El restaurant esta a toda capacidad y los mozos, de casi todas las partes del Perú, van y vienen con las ordenes. “Me gusta ayudar a los paisanos, muchos vienen porque les dicen que acá las cosas están bien pero se enfrentan a otra realidad, uno de los primeros trabajos del inmigrante es en restaurantes y yo trato de darles una oportunidad”, dice Edgar.
“El Rinconcito Peruano” es un negocio familiar, el hermano de Edgar esta a cargo de la caja registradora y la madre de sus dos hijos también lo ayuda cuando el sale de compras. “Los peruanos que llegan a Brasil ahora tienen facilidades de gestionar su visa de trabajo por el Mercosur, pero antes era difícil, a mi me costo una década esperar la amnistía…acá las autoridades no te fastidian si no tienes papales pero es mas difícil salir adelante” dice Edgar.
En la pared del restaurante hay unos cuadros con premios obtenidos: “El mejor ceviche de Sao Paulo 2013”, el ganador del “Expo Ceviche” y otros artículos de diarios locales y nacionales reconociendo la culinaria peruana del local. “Acá ha venido hasta la cadena Globo para entrevistarme en televisión…Este año estoy con la meta de hacer franquicias y seguir adelante con el trabajo…ya que el Perú no es conocido por el futbol, al menos que lo sea por su gastronomía” dice el chef y propietario del local.
http://globotv.globo.com/t/programa/v/delicia-peruana-chef-edgar-villar-apresenta-pratos-tipicos/3599070/
El único día que cierra mas temprano es el lunes. “He venido hacienda esto los pasados 15 años…la gente no adivina mi edad, ya estoy por llegar a los 40” dice Edgar quien usa unos espejuelos redondos, una chompa gris y unos jeans. Al lado de la Catedral de Ze , la iglesia mayor de Sao Paulo, Edgar medita en voz alta: “Hay que tener amor al prójimo, creer en Dios y ayudar al que necesita”.
El sector financiero ya ha cerrado, los rascacielos se iluminan y un mar humano circula en las estaciones del metro. Sao Paulo tiene la energía de la metrópolis mas grandes del mundo, el inmigrante recién llegado ve mucha gente pero nadie se percata de su existencia. “Yo le digo a todos mis compatriotas que quieren venir a Sao Paulo que la vida es dura…hay que luchar y no rendirse, si eres un guerrero y quieres salir adelante lo haces” dice Edgar.
Son las seis de la tarde y la gente llena la plaza de la catedral. Después de la entrevista Edgar va descansar unas tres o cuatro horas para volver a su rutina: “Esta es la vida del inmigrante trabajar como independiente o para otros , pero siempre trabajar” culmina Edgar.
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