PERUANOS EN EL MUNDO: NUEVA ZELANDA
En esta emisión de “Peruanos en el Mundo” desde Nueva Zelanda vamos a Auckland para seguir a un peruano que representa a Nueva Zelanda en los campeonatos mundiales de salsa…Además una psicóloga nos enseña el país donde se filmó “El Señor de los Anillos” y nos cuenta en que se parece la cultura neo-zelandesa a la peruana…Y no se pierda la historia de un extravagante artista peruano que hace mil oficios en la tierra de los Kiwis…Todo esto y mucho más en “Peruanos en el Mundo” desde Nueva Zelanda…
DESCRIPCION
Nueva Zelanda es un país al suroeste del océano pacifico consistente en dos grandes islas, ambas caracterizadas por la presencia de volcanes y glaciares. Este país de cerca de 5 millones de habitantes está fuertemente influenciado por su gran vecino Australia, principal socio comercial turístico y cultural, aunque rival deportivo en el rugby.
Auckland es la ciudad principal de Nueva Zelanda y se encuentra en la isla norte. Esta antigua capital del país continúa siendo el centro de casi toda la actividad financiera del archipiélago. El punto más alto de la ciudad es el Skytower donde uno puede tener una vista de 360 grados de esta bella urbe enclavada entre el mar, volcanes y lagos.
Además de la belleza de su paisaje natural, Nueva Zelanda guarda un rico pasado cultural. Los Maorís son los autóctonos habitantes de la isla y pese a la colonización inglesa, ellos han preservado su idioma, costumbre y tradiciones de generación en generación. Este país es un ejemplo de convivencia entre dos mundos: el occidental y el tribal.
Nueva Zelandia está atrayendo miles de turistas debido al éxito de la película “El Señor de los anillos” esta trilogía fue filmada casi enteramente en el archipiélago. Las facilidades de obtener visas laborales para estudiantes extranjeros están atrayendo a muchos extranjeros. ! !Si el paraíso existe debe ser como Nueva Zelanda!
DIARIO
Desde el aire se ven verdes campos, ovejas, caballos y vacas. Una cordillera montañosa y volcanes extintos rodeados de mar, ríos y lagunas complementan este bello paisaje. Si existe el paraíso debe parecerse a Nueva Zelanda.
Conforme me acerco al aeropuerto veo signos de civilización plasmados en la ciudad de Auckland, la más grande de Nueva Zelanda y antigua capital de este país. Coronando la silueta de edificios se aprecia el “Skytower” que es a la vez el mirador más alto de la ciudad. Al final de la impresionante columna de cementa esta una especie de platillo volador que también el icono de este pequeño, verde y amistoso país.
Reza el dicho que “En Nueva Zelanda empieza el día”, en cierta medida es cierto ya que este país es uno de los más lejanos al del meridiano de Greenwich (hora Zero) por lo tanto es uno de las primeras naciones en recibir el año nuevo.
Algo que me impresiona de Nueva Zelanda es cautivante historia, antes de ser colonia inglesa las tribus de “Maorís” se asentaron en este archipiélago y erigieron una cultura rica en manifestaciones artísticas como lo demuestran sus templos, esculturas de dioses en madera y los tatuajes que dibujan en sus rostros.
Una de las teorías que explica el origen los primeros habitantes de América dice que estos llegaron en embarcaciones desde la Polinesia, tal vez esto explica porque los Maorís comparten rasgos étnicos y culturales con los primeros pobladores americanos: piel trigueña, estructuras sociales comunitarias y destreza en la navegación.
Me sorprendió como contrariamente a otras excolonias británicas (Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, etc.), en Nueva Zelanda la convivencia entre los aborígenes Maorís y los nuevos colones fue más armoniosa. Como dice el dicho “Si no puedes vencerlos, únete a ellos”, de esta manera los aborígenes firmaron acuerdos con los recién llegados para evitar guerras sangrientas y poder vivir en paz preservando su cultura ancestral.
Cuando asistí a un partido de rugby, el deporte favorito de Nueva Zelanda, pude entender como el intercambio cultural puede forjar la identidad de un país. Antes del juego la selección Kiwi, llamada así por el ave nacional, hace el baile ritual conocido como “Jaca” en donde hacen gestos grotescos, danzas tribales y demonstración de fuerza para desmoralizar el contrincante.
Gracias a su estabilidad económica, Nueva Zelanda está experimentando un flujo de pobladores de todo el mundo, muchos estudiantes peruanos que emigran al archipiélago se acogen a visas temporales de trabajo y toman ventaja del déficit de mano de obra calificada en este país emergente. En suma: Nueva Zelanda puede representar el futuro de la sociedad: respeto por la ecología, convivencia cultural y crecimiento con responsabilidad social.
RUTH: HISTORIAS DEL FIN DE LA TIERRA
Cuando Ruth Tizón ingreso Nueva Zelanda con su visa de inmigrante, el agente que le estampo el pasaporte le dijo “Bienvenida a casa” y esta frase se quedó impregnada en esta peruana de origen chinchana quien sonrió sin saber que este país ya la había adoptado como su nueva hija.
Mi primer encuentro con Ruth fue justo como me lo imagine, por teléfono pareció simpática y en persona mucho más todavía. Ruth estudio comercio exterior y su profesión la obligo a emigrar a países que ella nunca se hubiera imaginado, en Dubái conoció a su futuro esposo, en el Cairo, Egipto tuvo a su único hijo: Mustafá; Pero el destino de Ruth no estaba en el medio oriente sino a miles de kilómetros de distancia.
Ruth lleva puesta una bufanda, una boina y un pesado saco para protegerse del invierno neozelandés, Ruth está sorprendida del contraste de lo húmedo, lluvioso y frio de Auckland comparado a lo desértico, árido y caliente del medio oriente. Pude ver en Ruth, la convicción de una mujer que le gusta tomar nuevos retos, ahora ella está estudiando psicología infantil, un sueño que lo tenía postergado desde hace un buen tiempo.
Ahora nos subimos al carro que nos llevara hasta la cima del “One three hill” (colina de un solo árbol) en el vertiginoso ascenso de vemos un inmenso manto verde que se pierde en el horizonte. Ruth me cuenta que en la cima de esta montaña había un solitario árbol que para los Maorís representa el símbolo de la resistencia aborigen contra los colonos ingleses. El árbol fue arrancado de raíz y en su lugar hay un monumento en homenaje a los Maorís.
Ya de vuelta en el coche descubro algo que es costumbre en los peruanos que viven en el extranjero: casi todos escuchan música peruana en sus autos. La nostalgia de las letras de “Llora mi guitarra” embarga a Ruth quien escucha los valses peruanos cada vez que se monta a su vehículo. Nuestra siguiente parada: la Asociaron Latina De Auckland, en donde Ruth se ofrece como voluntaria en el departamento de psicología.
Las labores de voluntariado son bien recibidas por empresas y agencias gubernamentales que reclutan empleados, es por eso que Ruth da consejería a las mujeres maltratadas que vienen a la agencia latina a recibir servicios. La peruana que aspira a ejercer como psicóloga profesional confeso que se sorprendió que en un país desarrollado como Nueva Zelanda se presente casos de violencia domestica como en países del tercer mundo.
Un día en la vida de Ruth n podía ser completa sin para en su casa de estudios “La universidad de Auckland” en donde elle pasa casi la mitad de su tiempo. Ocupando casi toda la esquina de la ciudad universitaria se encuentra el “Marae” o templo de los Maorís, esta es una estructura de madera con columnas talladas que representan a dioses, techos a dos aguas y en el centro una representación de una mujer embarazada que representa a la fecundidad.
Para entrar al “Marae’ hay que quitarse los zapatos, guardar silencio y brindar ofrendas a las deidades de su interior. Creo que la visita a este templo no fue casualidad, Ruth me explica como la cosmovisión de las culturas del pacifico (polinesia) son muy similares a las culturas precolombinas de América.
A la salida del recinto nos encontramos con un estudiante Maorí quien nos mostró los tatuajes que llevan grabados en brazos y cuello. En esta cultura los tatuajes tienen un significado más místico que decorativo, es decir representan de qué tribu la persona es originaria. Este joven es representativo de una nueva generación de neozelandés que aunque hablan inglés, estudian en universidades de la capital y están asimilados al sistema capitalista no pierden sus tradiciones ancestrales.
Ya en casa Ruth presenta a los miembros del clan Tizón: la madre, una sonriente mujer de la tercera edad que saluda cordialmente, y su hijo Mohamed quien recita un saludo en maorí, consistente en la descripción del árbol genealógico de los padres. El hogar es cómodo y sencillo, en un rincón hay una mesita con recuerdos de Perú y Nueva Zelanda: un cuadro de Machu Picchu, granos de maíz para la suerte y una estatuilla de un Kiwi.
Ruth ha encontrado en Nueva Zelanda la paz que estaba buscando, el lugar perfecto para educar a su hijo y reinventarse profesionalmente. Quizás las sabias palabras de su madre resume la experiencia en este hermoso país: “Hace muchos años atrás el vidente Zandrox me dijo que iba morir en un hermoso lugar donde se acaba el mundo” dice la sonriente anciana y agrega “Yo creo que él tenía razón” (*)
CONSEJOS
Algunos consejos por si decide viajar a Nueva Zelanda:
_En Nueva Zelanda el tráfico es por la izquierda, no se olvide de tener precaución antes de cruzar las calles.
_En Auckland no se olvide de subir hasta la cima del “Skytower” donde podrá tener una vista de 360 grados de la ciudad.
_Si es busque en el internet las posibilidades de obtener la visa de trabajador temporal que ofrece el gobierno neo zelandés
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